Al noreste de la Barriada de Los Boliches (Fuengirola), en la zona conocida como Puerto de las Yeseras, tiene su emplazamiento uno de los yacimientos de época romana más significativos de la costa malagueña. Nos referimos al yacimiento de la Finca El Secretario.
Aunque las grandes obras públicas y el desarrollo urbanístico de su entorno han alterado artificialmente los rasgos de su primitiva fisonomía, aún es posible en este lugar contemplar algunas de las peculiaridades geográficas que, en época antigua, propiciaron el asentamiento humano: un amplio espacio de terreno de suave pendiente, protegido por el cerro a cuyos pies se ubica y flanqueado por el Arroyo Pajares y la línea costera.
Durante largo tiempo la huella de la presencia romana se vio restringida a los pequeños fragmentos cerámicos que salpicaban las tierras de labor y al diverso material constructivo que se acumulaba en los bordes de los caminos o en los márgenes de las terrazas de labranza.
Se trata de un conjunto arqueológico que incluye dos partes claramente diferenciadas por su funcionalidad: un conjunto de instalaciones industriales dedicadas a la producción y comercialización de derivados de la pesca (una factoría de salazón, un alfar y almacenes) y un complejo termal de carácter privado perteneciente a una villa residencial. Ligada a la ciudad romana de Suel, el periodo de ocupación principal se extiende desde el siglo I hasta el IV o V d.C.
El acceso a la factoría de salazón se realizaba
a través de de unas escaleras que conducen a una gran
sala rectangular, a lo largo de la cual se disponen ocho piletas
distribuidas en dos líneas de cuatro (las últimas
dos piletas de la hilera de la derecha sufrieron una remodelación
construyéndose un muro intermedio). Perpendicular al
lateral derecho de la sala anterior se encuentra otra estancia,
de menores dimensiones, cuya función sería posiblemente
la de servir como almacén. Adosada a la sala donde se
ubica la batería de piletas se localizó una gran
dependencia diáfana, únicamente interrumpido su
espacio por los pilares que servían de sostén
a la techumbre, que se corresponde con la zona de trabajo donde
se realizaban las labores de limpieza y despiece del pescado
antes de ser introducido en las piletas de la sala contigua.
Prácticamente a las puertas de la factoría se
encontró un complejo alfarero, compuesto por cinco hornos,
aunque es probable que no todos fuesen contemporáneos.
Cuatro de ellos son de dimensiones y tipología similar,
planta circular y pilar central, mientras que un quinto es de
un tamaño mucho menor. Estas estructuras destinadas a
la producción cerámica están relacionadas
con las instalaciones contiguas: proporcionaban contenedores
para salazones y salsas de pescado. Los únicos datos
acerca de la cronología del complejo industrial los han
proporcionado los materiales recuperados en los dos vertederos
excavados hasta la fecha: el tipo de ánfora más
antigua corresponde a modelos del siglo I d.C. y al IV d.C.
los más tardíos.
A escasa distancia de la zona industrial, en dirección
noreste, se localizaron los restos de un complejo termal que
se extiende sobre una superficie de más de 500 m2 en
la zona más baja del yacimiento. Junto a la esquina noroeste,
en una zona algo más elevada que el edificio, se exhumó
el depósito que abastecía de agua a las termas.
Se trata de un recinto rectangular, con seis piletas en su interior
y orificios para la entrada de agua que, mediante un pequeño
acueducto, canalizaría el agua desde el arroyo Pajares
o desde algún manantial próximo. A través
de una plataforma empedrada, hoy desaparecida bajo la carretera,
se accedía a un pequeño vestíbulo que conducía
a un gran patio cuadrangular porticado, pavimentado con un mosaico
polícromo de decoración geométrica, que
comunicaba con todos los ámbitos de las instalaciones
termales.
En el lateral norte del patio se encuentra una estancia con pavimento de mosaico y dos bancos corridos que, por su ubicación y características, se correspondería con el vestuario. La zona fría del conjunto incluye dos piscinas de planta cuadrada situadas en los laterales este y sur del patio. La zona calefaccionada, compuesta por cuatro espacios ricamente decorados, se sitúa al oeste del patio.
Bibliografia:
-La recuperacion del yacimiento romano de "La Finca del Secretario".Ramon f. Hiraldo Aguilera.
-Las Termas de la Finca del Secretario. Un edificio singular. Ramon F. Hiraldo Aguilera.
Archivo Fotografico perteneciente a Juan Cortés López.
Se trata de un conjunto arqueológico que incluye dos partes claramente diferenciadas por su funcionalidad: un conjunto de instalaciones industriales dedicadas a la producción y comercialización de derivados de la pesca (una factoría de salazón, un alfar y almacenes) y un complejo termal de carácter privado perteneciente a una villa residencial. Ligada a la ciudad romana de Suel, el periodo de ocupación principal se extiende desde el siglo I hasta el IV o V d.C.



En el lateral norte del patio se encuentra una estancia con pavimento de mosaico y dos bancos corridos que, por su ubicación y características, se correspondería con el vestuario. La zona fría del conjunto incluye dos piscinas de planta cuadrada situadas en los laterales este y sur del patio. La zona calefaccionada, compuesta por cuatro espacios ricamente decorados, se sitúa al oeste del patio.
Bibliografia:
-La recuperacion del yacimiento romano de "La Finca del Secretario".Ramon f. Hiraldo Aguilera.
-Las Termas de la Finca del Secretario. Un edificio singular. Ramon F. Hiraldo Aguilera.
Archivo Fotografico perteneciente a Juan Cortés López.
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