martes, 11 de junio de 2013

Una pequeña aproximación sobre el estatus de municipio romano de la ciudad de Suel, Fuengirola.


A partir del siglo III a. C. y tras la segunda guerra púnica, Suel, al igual que todos los municipios ubicados en la franja septentrional y sur de Hispania, pasa a ser de dominio romano. Roma entendió estos dominios en la Península como territorios sometidos a explotación, si bien este sometimiento se perpetuó a través de dos formas claramente diferenciadas: una presión militar y política, por la que las ciudades no contaban con ningún tipo de autonomía; o bien por medio de unos contactos diplomáticos y pacíficos —asentamientos federados—, que otorgaban al territorio libertad y la posiblidad de mantener su propio ordenamiento jurídico. Según Guillén Robles, a través de Plinio, durante la república romana Malaka y Suel consiguieron el privilegio de ciudades federadas. Pero no fue hasta el año 53 d.c. cuando se convirtio en municipium, como atestigua un pedestal encontrado en el siglo XVIII, haciendo referencia a municipium suelitanum. La ciudad es citada en la Geografia de Guido, tambien por Pomponio Mela, Plinio el viejo, Claudio Ptolomeo y Esteban de Bizancio.


Los textos históricos indican que Suel obtuvo la categoría de municipio romano en torno a finales del siglo I d. C. o a principios del II. Suel, perteneciente al conventus gaditanus, gozaba de una situación estratégica al estar atravesada por la Vía Aurelia, construida por los romanos y cuyos vestigios pueden apreciarse todavía hoy en la zona de El Chaparral, en el término municipal de Mijas. Estas mismas fuentes señalan que Suel estaba administrada por decuriones, figuras oligárquicas que ejercían el poder económico-social y político en el municipio, y que en ella se daba culto al emperador, lo que suponía un alto grado de romanización.

Por Juan Cortés López.

miércoles, 5 de junio de 2013

Hallan un circo romano en Singilia Barba (Antequera).

Un equipo de arqueólogos halla un circo en la ciudad romana de Singilia Barba en Antequera tras investigar unas descripciones epigráficas encontradas en las ruinas de la urbe. Los restos del circo, del que se pueden observar algunas huellas que el tiempo ha dejado al descubierto, descansan cerca del teatro romano de más de 52 metros que permanece a 15 metros bajo tierra. Sobre ese nivel sólo se ve un tercio de lo que es la estructura completa de este espacio artístico que según las catas geológicas hechas en los años 90 tendría un aforo de unas 2.200 personas, según explica el arqueólogo municipal y director de museo, Manuel Romero.
Así, para conocer con profundidad el estado del circo que llenó de actividades esta ciudad romana en la Antequera de los siglos XI al VIII a.C tendrían que hacerse nuevas prospecciones, según explica Romero quien apunta también que tras trabajar sobre los restos hallados se puede estimar que tenía una longitud aproximada de 550 metros. «Se piensa en la existencia de este espacio tras hallar continuas alusiones a juegos populares y fiestas en varias de las inscripciones epigráficas encontradas en esta importante ciudad y que hacen referencia a los duunviratos, es decir, las acciones de los dos alcaldes que tenía el asentamiento», explica Romero.
Junto al circo y el teatro la cuidad conserva buena parte del foro y las necrópolis con unos 15 columbarios, así como, los restos de un acueducto que llevaba el agua desde la antigua Anticaria hasta Singilia. «Se ve perfectamente en las fotografías aéreas como la ciudad era ya un cruce de caminos en lo que se conocía como la Via Domitiana Augusta que conectaba la zona de Málaga y Cádiz», detalla el arqueólogo.
Aunque se han recuperado parte de las piezas, Romero afirma que aún hay mucho por descubrir y la falta de financiación ha hecho que este importante espacio esté sin vigilancia y sea una víctima continuada de saqueos. «Se calcula que la ciudad ocupa un millón de metros cuadrados y sólo hemos podido estudiar un 15 por ciento», explica Romero. Tras las excavaciones de los 90, especialmente las que se realizaron con un programa autonómico, la Junta adquirió una parte de las tierras en las que estaba la zona del cerro y teatro pero queda aún una superficie muy importante en manos privadas que está tontamente abandonada.
En 1996, la ciudad romana de Singilia Barba fue declarada Bien de Interés Cultural. Ahora, el equipo de Gobierno del PP preguntará a la Junta los planes que tiene para que el futuro de esta importante urbe romana no quede bajo tierra o a expensas de los saqueadores.
Fuente: La Opinión de Málaga.

lunes, 3 de junio de 2013

Tumba de un guerrero Fenicio en Málaga.


Los arqueólogos han encontrado el casco y la lanza del difunto, que podría ser un alto mandatario por la calidad de su enterramiento.

Las obras que, pese a la crisis del sector inmobiliario, se realizan en el casco antiguo de la capital y sus arrabales siguen deparando sorpresas para los arqueólogos. La última ha tenido como escenario la excavación que desde hace varios meses se ejecuta en un amplio solar entre las calles Jinetes y Refino para construir cuatro sótanos de aparcamiento que albergarán un total de 370 plazas y 150 trasteros. Sobre este 'parking' irán 123 pisos con piscina comunitaria y un local comercial que se ha dejado para una fase posterior. Sin embargo, la promotora no contaba con la presencia ya de un 'residente' inesperado.

Y es que los arqueólogos de Arqueosur, empresa contratada por la constructora para la vigilancia de la obra, en permanente coordinación con los expertos en esta materia de la Gerencia Municipal de Urbanismo, han hallado en el lugar la que podría ser la tumba de un guerrero o príncipe de la época fenicia, es decir, de los siglos VI o VII antes de Cristo.

Fuentes de Arqueosur destacaron que se trata de un enterramiento muy singular y relevante por varias razones. La primera de ellas por la calidad de los sillares que lo conforman, lo que demuestra que tuvo que costearlo alguien con cierta capacidad económica. Y la segunda, por el lugar en el que se ubica, apartado de las necrópolis comunitarias. No obstante, los restos de este personaje -en muy mal estado de conservación- han sido trasladados a un laboratorio para datar con mayor precisión la época a la que corresponden.

Punta torcida

Junto con los restos del cadáver, han aparecido un casco, que estaba situado en la cabecera de la tumba, y la punta de una lanza, torcida en su extremo, como se acostumbraba en la época antigua para que no pudiera volverse a usar.

«El ajuar encontrado hace indicar que se trata de un alto dignatario de la época. El casco está decorado con una especie de greca. De momento, seguimos analizando los restos en el laboratorio para emitir un informe», detallaron desde Arqueosur, que ha dado parte del hallazgo tanto al Ayuntamiento como a la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, organismo que en última instancia debe decidir el destino de los restos.

Según las fuentes consultadas, su importancia podría merecer su traslado a la sección de Arqueología del Museo de Málaga, que tendrá su sede en el Palacio de la Aduana. No obstante, esto aún no está decidido.

Otros restos encontrados en el solar pertenecen a viviendas de la época Almohade. Destaca la estructura circular de lo que podría ser un horno de pan. A diferencia de la cercana zona de San Felipe Neri, aquí no se han hallado importantes vestigios de la industria alfarera que se estableció en esta parte de los arrabales de la ciudad. Los arqueólogos seguirán vigilando la excavación hasta que llegue a la profundidad prevista.

domingo, 2 de junio de 2013

Arqueologia Suelitana.

En el actual término municipal de Fuengirola perduran, todavía, vestigios de antiguas civilizaciones. Las faldas del cerro donde se alza el Castillo árabe, custodian los restos de un poblamiento íbero-púnico, en su origen, y romano posteriormente. Se trata de la ciudad de SUEL, nombrada por Mela, Plinio y Ptolomeo. El "Itinerario" de Antonino la ubicaba en el camino de MALACA a GADES, a occidente de la primera.

Aunque oficialmente no se ha efectuado una excavación completa, no obstante han aparecido algunas piezas de considerable valor arqueológico en las cercanías del Castillo. Quizás la de mayor interés sea, hasta el momento, el pedestal de una estatua con una inscripción, publicada por Bernardo Alderete en 1606, cuyo texto menciona a SUEL como Municipio romano. Otro documento epigráfico, procedente de la misma zona, es un "ARA" funeraria, cuya leyenda contiene el gentilicio "SUELITANA".

Entre los vestigios arqueológicos, que confirman la huella de un poblamiento romano en el litoral fuengiroleño, destacan los restos de las "Termas" de Torreblanca y la "Villa" romana de la "Finca del Secretario" (de donde procede la "Venus" de Fuengirola). Los restos de pilas salsáreas que afloran por todos los lugares arqueológicos mencionados, confirman la dedicación de esta población a la industria pesquera.

Según apuntan algunos historiadores, la ciudad de SUEL dejó de mencionarse en los albores del Medievo. Como posibles causas de este declive se indican: la destrucción por un maremoto; la emigración de sus vecinos a Mijas, al reaparecer el bandidaje en el mar; o la caída bajo la horda visigoda.

Tras un lapso desprovisto de información, este paraje cambió de nombre, apareciendo la alteración del topónimo "SUEL" por el de SUHAYL. Así se denominó durante la dominación árabe el Castillo, el río y la zona adyacente.
En el período musulmán, poseía SUHAYL un término bastante extenso, bien cultivado y animado por muchas haciendas y villarejos. La mayor parte del distrito se utilizaba como pastizal para los camellos reales. También era abundante la pesca en este litoral. Varios autores mencionan a SUHAYL como "iqlin", "distrito" o "alfoz".

Temboury cita a SUHAYL como una culta y pulcra villa que acunó a ilustres escritores. El más conocido es el poeta AS-SUHAYLÍ, quien dedicó algunos versos a su patria chica, expresando en ellos su consternación, al contemplar la destrucción del lugar donde había nacido. La población fue incendiada y su vecindario huyó a Mijas. 

Con tan calamitosa situación, SUHAYL quedó reducida a un mísero caserío. Fue por entonces cuando sufrió un cambio en su denominación, reemplazada por la romanización de Font-jirola; según Alonso de Palencia, por la fuente que brotaba al pie del Castillo.
Al ser conquistada por las tropas cristianas (en 1485), sólo existía la fortaleza.

FINCA DEL SECRETARIO.

Descripción: situado junto al arroyo de Pajares, próximo al mar, se trata de un conjunto arqueológico de gran valor compuesto por una factoría de salazón, un alfar, almacenes y un área termal pertenecientes a una villa Bajo Imperial suburbana ligada a la ciudad romana de Suel, cuyo periodo de ocupación principal se extiende desde el siglo II hasta el siglo IV o V d.C.
Factoría de salazón: incluye dos grandes habitaciones, una extensa nave identificada como almacén y ocho piletas.

Alfar: incluye cinco hornos, dedicados principalmente a la elaboración de ánforas vinarias y salsarias, entre los que destacan tres de tamaño medio que presentan planta circular y pilar central.

Edificio Termal: se extiende sobre una superficie de más de 500 m2 en la zona más baja del yacimiento, hecho que posibilitaría un fácil suministro de agua aprovechando el declive natural del terreno (el agua vendría canalizada desde algún manantial próximo o desde el Arroyo Pajares) y muy próximo a la antigua línea costera, circunstancia que permitiría una evacuación directa de las aguas residuales al mar. Perfectamente adaptado al terreno a partir de un suave escalonamiento de sus dependencias se articula, básicamente, entorno a dos zonas intercomunicadas: el área fría y el área calefactada. El área fría gira alrededor de un patio porticado, realzado con doce columnas y pavimentado con un mosaico polícromo de decoración geométrica. A su alrededor se distribuyen cinco ámbitos: una habitación flanqueada por dos fontanas de planta absidal en el lado norte, una sala rectangular y una piscina de agua fría en el lado este y una piscina y una posible letrina en el lado sur. El área calefactada, a la que se accedía a través de un vano abierto en el muro oeste del patio, incluye cuatro salas y dos hornos. Desde la primera sala, de planta rectangular con cabecera absidal y provista de hipocausto, se accedía a una nueva sala, en este caso cuadrangular, en la que se sitúa una piscina circular de 4,5 m de diámetro (con cuatro accesos asiento que coinciden con los ángulos de la sala). La siguiente sala, de planta rectangular y provista de hipocausto, comunicaba a la primera con una sala que incluye dos bañeras.












CASTILLO SOHAIL.

El castillo de Sohail se alza sobre un cerro junto al mar a 38 metros de altura y en plena desembocadura del río Fuengirola, en el término municipal de Fuengirola, provincia de Málaga.

La zona pertenece a la Costa del Sol y es de gran interés turístico, por lo que su comunicación es fluida, pasando cerca la carretera nacional.

Historia

Las condiciones geográficas del cerro sobre el que se asienta el castillo de Sohail permitieron desde época antigua su continuo poblamiento por fenicios, púnicos, romanos, musulmanes y cristianos, pero la construcción que hoy podemos ver es una alcazaba árabe data de los primeros tiempos de la invasión de la península ibérica, y fue levantada sobre una fortaleza romana anterior. La mayor parte de lo que hoy puede contemplarse es de la época del califa Abderraman III.

En 1485 fue conquistado por los cristianos en plena ofensiva contra el reino nazarí de Granada, comenzando una importante adaptación de su arquitectura.

En 1513 se crea el Título Señorial de La Fuengirola y se otorga a Bartolomé de Briones (Aposentador de Juana I de Castilla), Confirmado en 1525 en Sancho de Briones (Aposentador del emperador Carlos I ), hijo del anterior.

En 1530 Sancho de Briones vende la Real Cédula (Título) al Capitán Juan de Pacheco Vallejo I (Villasevil, c.1490 - c.1560). Juan fue además Alcaide de la Fortaleza El título señorial es sobre 19 casas planificadas dentro del Castillo y tierras vinculadas aledañas. Hasta 1870 se sucede sin interrupción el título señorial en los descendientes del Capitán Juan de Pacheco Vallejo I.

En 1548 se instituye el Mayorazgo de Pacheco que incluye el Señorío sobre La Fuengirola y Hacienda Pacheco (Ubicada a caballo entre los actuales términos de Mijas y Fuengirola).

En 1581 se incorpora el Señorío sobre la Villa de Casares al Mayorazgo.

en 1628 se inicia un pleito sobre la propiedad de las 19 casas, este pleito se mantiene abierto hasta finales del siglo XVII, sin sentencia. En 1789 se rehabilita el pleito, que al igual que el anterior no se concluye hasta mediados del siglo XIX, cuando legalmente desaparecen los títulos señoriales y se aprecia la imposibilidad de solucionar el problema de fondo: El incumplimiento por parte de la Corona de un acuerdo sobre arrendamientos impagados por la Corona a la familia propietaria desde 1628.

Descripción

El recinto tiene planta poligonal con torres altas y estrechas en sus esquinas. El edificio poseía varios accesos, siendo el más significativo una puerta, con aspecto de torre, para acceder al interior del mismo. Antes de llegar a esta puerta, hay que subir una pequeña rampa.

Existen varias torres altas y estrechas, situadas en los ángulos pero no hay ninguna que posea las características propias de una torre del homenaje. Sin embargo, existe una torre que se sitúa en el centro del edificio y que alcanza una mayor altura. Otra de las torres destaca por sus almenas, construidas en una etapa más reciente.

La puerta-torre presenta como característica principal su estructura defensiva. Se accede a ella tras superar una rampa que dificulta la llegada al edifico. Esta puerta es la que está dotada de múltiples elementos defensivos y es la de mayor tamaño. El edificio tuvo diferentes accesos pero esta se fecha en el siglo XVI.

Materiales

Esta fortaleza malagueña se levantó en piedra pero con diversos sistemas constructivos, debido a la multitud de moradores que ocuparon sus estancias. Se utilizó la mampostería con hiladas de ladrillo, material muy usado por los árabes. También se utilizó el tapial y la sillería para reforzar algunas partes del edificio.








FINCA DE ACEBEDO

El yacimiento se localiza en una pequeña elevación cerca de la desembocadura del río Fuengirola, en una zona que en la actualidad está ocupada por las instalaciones del cementerio municipal de Fuengirola. Se trata de una villa romana de la que tenemos una información muy limitada, por cuanto en este lugar se han emprendido varias excavaciones arqueológicas de urgencia a lo largo de 1990 y 1991 que aún no han sido publicadas.


Estas intervenciones evidenciaron la existencia de dos fases distintas de ocupación (Rodríguez, Loza, 1990; Rodríguez et alii, 1991; Corrales, 2001: 350-351). La primera corresponde a la pars urbana, en concreto al sector de unas termas que deben fecharse en el siglo II d. C. y de las que se conservaban numerosos restos de muros, una pequeña parte de un mosaico, pavimentos de opus signinum y un suelo de opus spicatum, además de un canal y varios pilares de suspensión. Una segunda fase estaría representada por varias habitaciones situadas al sur de estas instalaciones termales, de las que resulta difícil determinar si pertenecen a la llamada pars rustica, área de residencia del personal que trabajaba en la villa, establos y almacenaje de aperos, etc., o bien a la pars frumentaria, zona destinada a las actividades productivas propias del lugar. Algunas de ellas tienen dimensiones muy pequeñas, poco más de un metro de longitud en sus lados, lo que ha facilitado que se les atribuya el papel de almacenes. Otras dependencias próximas, algo mayores que las anteriores facilitaron elementos de vidrio, agujas de hueso y fragmentos de mármol blanco.


El carácter funerario del epígrafe altoimperial de Aemilia Aemiliana Suelitana, procedente de este yacimiento, nos habla de la existencia de una necrópolis en sus inmediaciones, algo que ha podido ser confirmado en el frontal de un talud donde llegaron a apreciarse hasta siete sepulturas (Corrales, 2001: 351), muy posiblemente de inhumación, que conformarían una pequeña zona de enterramientos ocupada por los habitantes de la villa.  

En consecuencia, la villa de Acevedo, que pudo estar ubicada sobre un enclave anterior de origen semita, muestra una amplia ocupación temporal muy mal definida en algunas de sus fases. Del mismo modo, nos consta su perduración a lo largo de la Edad Media, posiblemente como alquería rural, siendo el período romano el mejor documentado, el cual nos informa de una ocupación que abarca desde el siglo I al IV/V d. C., aun cuando resulte que la centuria a la que pertenecen las monedas objeto de este estudio, como es el siglo III, sólo se encuentra representado por unos cuantos materiales descontextualizados, lo que nos impide conocer qué sucedió durante esos años en este yacimiento.

























  
TERMAS DE TORREBLANCA.

El yacimiento arqueológico denominado termas romanas de Torreblanca.
Aunque se constata la existencia del sitio desde la primera mitad del siglo XX, no será hasta 1983 cuando se lleve a cabo su excavación sistemática y se procede, en este momento, al registro de su secuencia. La primera ocupación se remonta al siglo I d. C. con la presencia de cerámicas de dicha época. No obstante, las estructuras se adscriben a la primera mitad del siglo II d. C. y pertenecen a unos balnea romanos.

Estas termas tienen un núcleo de dos habitaciones octogonales comunicadas entre sí, e interpretadas la primera como caldarium, que se encuentra asociado a dos praefurnia y una pequeña sala, posiblemente un sudatorium o laconicum, mientras que la segunda de estas estancias se corresponde con el tepidarium, en el que se ha podido documentar una piscina central. Desde esta última sala se accede al frigidarium, que a diferencia del resto, es de planta cuadrada.

Estos balnea estarían asociados a una villa, cuyo único testimonio son estos baños y el área de producción. Probablemente a esta villa pertenecería la estatua-fuente que representa la personificación de un río, aparecido en esta zona y elaborado en mármol de Mijas en un taller de la región en el siglo II d. C.

A mediados del siglo III d. C., se amortiza este edificio termal y se adecua como una pequeña factoría de salazones de pescado que se mantendrá en funcionamiento hasta fines del siglo IV d. C., aunque para algunos investigadores el origen de la factoría se podría retrotraer a fechas anteriores. A la elaboración de salazones se suma la constatación en este lugar de producción de púrpura como actividad complementaria a la producción habitual.

Posteriormente se reutilizó el lugar como necrópolis, de la que se conocen más de treinta tumbas fechadas en los siglos V y VI. La posterior utilización como necrópolis no es un fenómeno aislado, sino que se repite la misma secuencia en yacimientos de la zona, hecho que  puede relacionarse con diferentes situaciones, tales como períodos de agitaciones políticas o crisis de rutas comerciales. Tradicionalmente se ha asociado a esta necrópolis una inscripción aparecida en la zona que hace alusión a una iglesia cercana.






TODOS LOS YACIMIENTOS HAN SIDO DOCUMENTADOS TANTO BIBLIOGRAFICAMENTE COMO A NIVEL DE CAMPO.
LAS FOTOGRAFIAS PERTENECEN AL ARCHIVO FOTOGRAFICO DE JUAN CORTES  LOPEZ.